Los coches con cambio automático representan una innovación significativa en la industria automotriz, ofreciendo una experiencia de conducción más suave y cómoda para los conductores. A lo largo de las últimas décadas, esta tecnología ha evolucionado desde sistemas simples hasta complejos mecanismos electrónicos que optimizan el rendimiento y la eficiencia del vehículo.
Cómo funciona el cambio automático
El funcionamiento puede variar dependiendo del diseño y la tecnología específica de cada fabricante, pero el concepto básico es similar.
- Conversión de la energía del motor: el convertidor de par para transfiere la energía del motor a las ruedas. Este convertidor aprovecha el fluido hidráulico para transmitir la potencia del motor a la transmisión de manera suave y eficiente.
- Sistema de engranajes: este cambio utiliza una serie de engranajes planetarios. Estos engranajes están dispuestos para activarse y desactivarse automáticamente para proporcionar relaciones de transmisión, adaptándose a la velocidad y carga del vehículo.
- Sensores y controladores electrónicos: está controlado por una unidad de control electrónica que monitorea constantemente la velocidad del vehículo, la posición del acelerador, la carga del motor y otras variables. Estos datos se utilizan para determinar cuándo cambiar de marcha y seleccionar la relación de transmisión óptima en cada situación de conducción.
- Selección de marchas: basándose en la información recopilada por los sensores, la unidad de control decide cuándo cambiar de marcha y activa los componentes necesarios para realizar el cambio. Esto puede implicar la apertura o cierre de embragues, la activación de válvulas de control de fluido y otros mecanismos dentro de la transmisión.
- Modos de funcionamiento: esos sistemas ofrecen diferentes modos de funcionamiento, como “Drive” (conducción normal), “Reverse” (marcha atrás) y “Park” (estacionamiento). Algunos también pueden incluir modos deportivos o manuales que permiten al conductor tener un mayor control sobre los cambios de marcha.
Ventajas
- Comodidad y conveniencia: no tener que preocuparse por cambiar de marcha manualmente hace que la conducción sea mucho más relajada, especialmente en situaciones de tráfico intenso o en largos trayectos por carretera.
- Facilidad de uso: no es necesario aprender a coordinar el embrague y el acelerador, lo que hace que sea más fácil para los conductores novatos o aquellos que prefieren una experiencia de conducción más sencilla.
- Adaptación a diferentes condiciones de conducción: pueden ajustar rápidamente la relación de transmisión según las condiciones de conducción, como subidas pronunciadas, descensos, tráfico urbano o situaciones de emergencia. Esto permite una respuesta más rápida y eficiente del vehículo.
- Menor fatiga del conductor: al no tener que cambiar manualmente de marcha, los conductores tienden a experimentar menos fatiga durante viajes largos o en condiciones de tráfico congestionado.
¿Coche automático o manual?
La elección entre un coche automático o manual depende en gran medida de las preferencias personales del conductor, así como de las necesidades específicas de uso.
Un coche automático te proporciona comodidad, menos fatiga, adaptabilidad y facilidad de uso; mientras que un coche manual te ofrece control total, eficiencia, menor coste inicial y de mantenimiento y una experiencia de conducción más emocionante.
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